Otra vez en esta jaula burocrática, aun sin salir de las deudas, de la presión, de las angustias de trabajar sin propósito, para una causa torcida. Mi salud lo resiente, y este año lo he empezado bache tras bache de dolores y malestares. Aunque lo del dinero ya va mejorando, aún cuando la salud regresa y el sobrepeso se está por fin largando para siempre de mi vida, aunque mi matrimonio y mi familia son todo amor y unión, sigo sin entender qué hago aquí o qué debería hacer. Sigo sin rumbo, en blanco.
En una racha de entusiasmo hace unas semanas me anoté a varias actividades deportivas y académicas. Hoy lo dejo casi todo. Porque necesito quitarme pesos, presiones, necesito solo poder pasar el día y llegar a mi cama sin sentir que me faltó hacer esto o lo otro.
El trabajo es cada día un poco más decepcionante, con sus dinámicas bizantinas, con el machismo, con la sensación de invisibilidad. Pero lo necesitaba y lo necesito, y lo hago porque dejarlo todo, todo, significa perder ya el sentido de la autopreservación. Yo no quiero repetir historias familiares, no quiero ser un fantasma. Pero no me siento tampoco en el ánimo de convivir con tanta gente aparte de en quienes confío.
Ayer eliminé a más de 200 personas de mi Facebook - amigos, familia, compañeros- y dejé sólo a los que conozco desde pequeña y a unos cuántos más que vale la pena conservar. Un total de 73 contactos. No creo volver a publicar nada ahí, pero en esta esclavitud digital, cerrar la red es también cerrar los negocios que en ella realizó, y sin redes, no hay marketing.
En fin... Tengo 35 y este años cumplo 36 años, y sigo sin encontrarme en este mundo. Sigo sin entender las injusticias. Sigo navegando en mi barquito de vela en medio de la espesa niebla.
Me salvan mi esposo, que es mi mitad, mi familia, mi gato, mis contadas amigas. Me salva esa sensación de que esto también es pasajero, que esté espacio en blanco me sirve para simplemente respirar, dejar de pensar en todo, dejar de preocuparme por hallar un sentido.
Voy a quedarme aquí, en este espacio en blanco. Quieta, moviéndome poco. Recibiendo amor y dándolo, amándome porque aquí estoy.